Millones y millones de argentinos se tatuaron a fuego su nombre con el testazo potente en la final contra Alemania y sobre todo ese festejo desgarrador, en el que demostró las emociones que lo sacudían por su historia de vida. Ese win endiablado, que eludía oponentes en espacios reducidos con el combustible de sus gambetas y amagos se incrustó en el corazón de millones de argentinos. Una decena de metros que se transformaron en una jugada inolvidable, que detuvo el corazón de millones y que derivó en el grito más desaforado de todo un país entero. Bestial, descomunal, imparable. Todo niño que corre detrás de una pelota sueña en su fuero interno con vivir experiencias y subyugar el arte del gol como lo hizo el Kun Agüero. Si falla, que es cuando el puck cruza la línea roja de gol del portero, el rival debe lograr la posesión del puck para que piten esta infracción.
La definición del tercer gol en la final de México 86 catapultó al olimpo de los dioses a Jorge Burruchaga. Durante ese periodo el futbol mexicano fue ganando un papel cada vez más importante tanto en la sociedad como en la prensa del centro-sur del país; en la franja que va desde Guadalajara a la Ciudad de México pasando por Pachuca, Córdoba y Orizaba. El Pupi debutó en 1994 en el combinado nacional y jugó por última vez en 2011, para dibujar un periodo extraordinario de 17 años en la órbita del seleccionado. El defensor irrumpió con fuerza en el combinado nacional en 1994 y su pasmoso rendimiento lo catapultó a transformarse en un número fijo hasta 2007. Por eso, el Ratón acumuló 115 cotejos oficiales, para ocupar el cuarto peldaño de máximas presencias en el seleccionado, con el que saltó al césped en tres mundiales (1998, 2002 y 2006). Ayala consiguió ganarse el corazón de los hinchas de Argentina por su prestancia, seguridad y voz de mando. El defensor se convirtió en una fija del seleccionado, en un número cantado por su abusivo rendimiento sostenido, por eso disputó 72 partidos, con la friolera de 11 goles, toda una rareza para un lateral.
El talento lo catapultó a calzarse la camiseta de la Selección Argentina desde 1973 a 1979 (51 partidos), para disfrutar de las mieles de jugar un mundial en dos oportunidades, en 1974 y 1978. Formó parte del plantel de César Luis Menotti que levantó la Copa del Mundo, con una aportación interesante. El ex hombre del Barcelona sudó la casaca argentina durante 15 años, de hecho debutó primero en el combinado nacional que en la Primera División, a partir de una apuesta arriesgada del Loco Bielsa en 2003. El tiempo demostró que el DT tenía fundamentos de sobra, porque Javier se moldeó como un imprescindible y acumuló 147 partidos con el combinado nacional, solamente superado por Lionel Messi (156). Los libros siempre recordarán a Mascherano como un emblema del seleccionado, donde brindó sus mejores actuaciones. El delantero se las ingenió para hacerse de un lugar y dejar una huella en el seleccionado pese a ser contemporáneo a una bestia como Gabriel Batistuta. Posteriormente, en el torneo 1970/71, acabó la campaña en el penúltimo lugar regresando a la Eerste Divisie.
Finalizó el torneo en el tercer puesto de la tabla de goleadores. Festejó 118 goles y recibió 30. Obtuvo 68 puntos de los 76 en juego, con un 89,47 por ciento de efectividad, un porcentaje que muestra a la clara el carácter arrollador del conjunto, que a lo largo del torneo propinó goleadas estrepitosas, como el 8 a 3 y 7 a 0 a Defensores de Cambaceres, el 6 a 1 a General Lamadrid en Devoto y el 7 a 2 a Dock Sud. Una enorme cantidad de jóvenes pueden no registrar este nombre, pero se trata de un emblema del fútbol argentino, una de esas verdaderas leyendas, a tal punto que continúa como el segundo máximo goleador de la historia del torneo local con 292 tantos. El 3 de diciembre de 2011 recibió otro homenaje en Valencia, donde se le otorgó una camiseta con su nombre previo al encuentro contra el Español.
Si usted adoraba este artículo y también le gustaría recibir más información sobre lars7 por favor visite nuestro propio sitio.