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Son Palabras Inefablemente Incalificables, ¿no Es Cierto?

Del Bosque ha insistido hasta la saciedad en que el juego había de ser limpio y de que era menester la humildad. Más aún, nos lleva a la evocación del chiste aquel en que un estudiante que ha estudiado poco y sabe aún menos, se presenta al examen de filosofía con dos enormes pilas de libros sobre cada palma de la mano; a cada pregunta que se le hace, contesta que, «según los platónicos» y señala con la cabeza los libros de la izquierda, es «tal cosa», camiseta barcelona 2022 pero que «según los aristotélicos» y señala con el mentón los de la derecha es «tal otra».